Txindoki
El monte Txindoki, Larrunarri o Ñañarri, de 1.346 m de altitud, y situado en la sierra de Aralar (entre Gipuzkoa y Nafarroa), es uno de los montes más emblemáticos del territorio histórico guipuzcoano. A sus pies se sitúa la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, en Larraitz, Gipuzkoa, muy venerada por los habitantes de los alrededores. La leyenda dice que en su cumbre "Mari", la diosa por excelencia del Olimpo Vasco, tiene una de sus residencias.
Algunos le llaman el Cervino Vasco o de Aralar, en una exageración de sus características. Forma parte del Parque Natural de la Sierra de Aralar.
Visible desde muchos puntos del País Vasco o de Aralar. Marca uno de los límites, y bajo su cumbre se extienden las campas donde pastan multitud de rebaños de ovejas.
Su afilado pico de caliza y su arista, emblemática para los alpinistas y amantes de la escalada, se alzan sobre el entorno verde de los extensos pastizales y bosques de hoja caduca.
Su nombre es Larrunarri o Larrunari, y su contracción Ñañarri, pero es mucho más conocido como Txindoki, nombre de una borda de pastores que se sitúa a los pies de la cumbre, al este, en terrenos de Amezketa.
La mole caliza se alza a 1000 m sobre el Santuario de Larraitz, que está a 401 m de altitud. Quedan visibles la arista y el barranco, poblado de bosque autóctono, que caen desde la cumbre.
La vegetación está formada por robles, hayas, espinos albares y un sinfín de árboles de las latitudes cantábricas, sin que falte alguna especie foránea como el pino de Monterey, que van dejando paso a los pastos según se gana altura.
El terreno calizo hace su aparición con multitud de acumulaciones de rocas. El paisaje toma el aspecto típico de las zonas kársticas y se llena de pequeñas construcciones, escondidas en las depresiones del terreno y entre los escasos árboles, que suelen habitar los pastores de ovejas en las temporadas que mantienen sus rebaños en las campas de Aralar.
Abundan el jabalí y el venado, aunque son difíciles de ver, y se ha llegado a ver incluso algún lobo. Los buitres y los cuervos son las aves más abundantes, además de otras rapaces.
Los alrededores del Larrunarri están llenos de monumentos megalíticos que son testimonio de la ocupación de estas tierras desde la prehistoria. Los dólmenes, menhires y túmulos jalonan las campas de Aralar recordando que, en el pasado, habiía habitantes que se mantenían de la caza y el pastoreo por estas mismas campas donde hoy siguen pastando las ovejas.